Ser un papá perfecto o una mamá perfecta no existe.
Todos cometen errores y van a herir a sus hijos de alguna manera en algún momento.
Sin embargo, podemos hacernos conscientes de los errores más comunes que se comenten para mejorar la crianza y ser suficientemente buenos.
Falta de consistencia:
Si los padres no son coherentes en sus reglas y expectativas, esto puede confundir a los niños y llevar a comportamientos problemáticos.
No prestar atención suficiente:
Si los padres están demasiado ocupados con sus propias vidas y no prestan suficiente atención a las necesidades emocionales de sus hijos, esto puede hacer que los niños se sientan ignorados y solos.
Ser demasiado críticos:
Si los padres son demasiado críticos o negativos hacia sus hijos, esto puede afectar su autoestima y llevar a problemas de ansiedad y depresión.
Ser demasiado permisivos:
Si los padres no establecen límites claros y no enseñan a los niños a respetar las reglas y normas, esto puede llevar a comportamientos problemáticos y a una falta de responsabilidad.
Ignorar la importancia de la comunicación:
Si los padres no hablan abiertamente con sus hijos sobre sus sentimientos y pensamientos, esto puede llevar a malentendidos y a una falta de conexión emocional.
No modelar un comportamiento positivo:
Si los padres no modelan comportamientos positivos, como la empatía, la compasión y el respeto, esto puede llevar a que los niños adopten comportamientos problemáticos.
Nuestros hijos serán el reflejo de nuestro comportamiento, no de lo que decimos.
Ignorar problemas
Tal vez por ignorar los problemas o por aceptarlos.
No darle solución a ciertos problemas hace que los niños se queden con ciertos hábitos o formas de ser negativas que pudieron cambiarse o solucionarse.
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