Todo ser humano nace siendo empático, compasivo y amoroso.
Lo sé, tal vez no me creas. Suena demasiado hippie y optimista.
Pero es real, déjame explicarlo.
Científicos como Tania Singer, Richard Davidson y Daniel Goleman, han comprobado con experimentos cómo los bebés ayudan y se preocupan desinteresadamente por extraños.
Piensa en tu propia niñez. ¿Alguna vez dijiste que querías cambiar el mundo?
Prácticamente todos de pequeños deseamos crear cambios en el mundo.
¿Por qué ese enfoque se pierde? ¿Qué nos pasa al crecer?
El problema es que los dolores de la vida nos van cerrando y empezamos a pensar en nosotros mismos solamente.
Entramos en modo supervivencia cuando hay dolor.
Alguien que está constantemente en estrés y de malas, no puede estar al mismo tiempo alegre. ¿Estás de acuerdo?
De la misma forma, si alguien está constantemente en estado de miedo o enojo, no puede estar al mismo tiempo en estados de amor y empatía.
Dos emociones contrarias no pueden presentarse al mismo tiempo.
Con emociones negativas acumuladas, no hay espacio para sentir emociones positivas.
Piensa en tu propia vida. Acuérdate de un momento en el que estabas completamente feliz. Tal vez al inicio de una relación. ¿Fuiste una persona más amorosa de lo normal?
Cuando estás feliz, eres una persona más amorosa con quien te rodea.
Nuestro cerebro está diseñado para hacernos sobrevivir.
Para la mente, el dolor significa que está en peligro. El cerebro interpreta el dolor como una posible muerte.
Ante un peligro (real o imaginario) el cuerpo reacciona para huir, pelear o paralizarnos. Nos llenamos de estrés y adrenalina. Tenemos miedo, ansiedad, tristeza o enojo.
Desde estados de dolor y supervivencia, la mente sólo tiene espacio para enfocarse en uno mismo. Es muy difícil pensar en los demás o en el medio ambiente.
Esa es la importancia de la inteligencia emocional. Si sabemos manejar los dolores y las emociones, podemos regresar a estados emocionales positivos.
Quien es consciente de sus emociones y las trabaja, puede regresar a amar como niño. Quien no trabaja con sus dolores, se cierra.
Por eso creo que el mundo necesita gente que trabaje sus dolores, así viviremos en un mundo más empático y compasivo.
Por eso comparto sobre introspección, cambio de estado emocional y relaciones, son las tres herramientas que uso para crear sanación
Si quieres crear experiencias nuevas y quieres conocerte profundamente.
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