- Ten la creencia de que enojarse es signo de poder y confianza.
2. Ten muchas expectativas. Sobre todo de cómo tiene que actuar la gente o cómo tienen que ser las cosas.
3. Compara tu vida constantemente y sólo hazlo con la gente más afortunada que conoces por redes sociales.
4. Guarda todos los dolores, tristezas, miedos o decepciones. No expreses ninguna emoción y nunca muestres vulnerabilidad. No reconozcas lo que sientes y evita cualquier emoción como tristeza o miedo, todas cámbialas por enojo.
5. Toma todo personal. No busques entender por qué la gente actúa como actúa.
6. No aceptes las cosas como son y no fluyas. No aceptes que la vida está llena de dolores, malentendidos, penas, decepciones y circunstancias que no salen como quieres.
7. Siempre culpa a los demás. Nunca tomes responsabilidad de tu vida y nunca aceptes que tu hiciste algo malo o cometiste un error.
8. Cuando suceda algo que te frustre, no lo expreses. No hagas nada para sacar la frustración. Acumula todas las pequeñas frustraciones que puedas hasta estar furioso.
9. No duermas suficiente, no comas bien, no hagas ejercicio y no tomes agua. No creas que estas pequeñas cosas afectan nuestras emociones.
10. Evita tomar perspectiva. No piensen en que en unos días no importará. Eso que pasó es muy importante y es de vida o muerte.
11. Ve constantemente contenido irrelevante que no te aporta nada. Mientras más estímulo y más agitado esté tu cerebro, mejor.
12. Consume noticias constantemente. Si puedes, lee los comentarios y busca cambiar la forma de pensar de gente con mente cerrada para irritarte aún más.
Además de los consejos escondidos en el sarcasmo, para ser más calmados es muy importante entender de dónde viene la emoción.
El enojo es una señal del cuerpo para hacernos sobrevivir a un peligro (real o imaginario).
Prepara nuestro cuerpo para defendernos o atacar.
¿Has notado como es más fácil enojarse cuando anteriormente ya han pasado otras situaciones frustrantes?
¿Has notado como alguien con enojo se desquita su enojo con otras cosas?
Esto pasa porque el enojo (cortisol y adrenalina) está diseñado para quedarse en el cuerpo horas o días.
La emoción se queda en el cuerpo porque sirve como una reserva de energía en caso de que el peligro siga cerca.
Lo mejor que podemos hacer, es notar la emoción que tenemos, entender de dónde viene y expresarla.
De lo contrario, nunca sacas la emoción y acabas viviendo en constante enojo.
Es tu forma de reaccionar a todo y se acaba convirtiendo en tu personalidad.
Si quieres ser más vulnerable, expresar tus sentimientos y en el proceso conectar con gente que quieres.
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