Se piensa que la infidelidad es meramente resultado del deseo. ¡No es cierto!
Tampoco sucede porque se va con alguien mejor o porque no fuiste suficiente.
En realidad, la infidelidad es a causa de heridas emocionales.
El punto no es justificar, el punto es entender de dónde viene para prevenir o sanar.
En la relaciones se necesita equilibrar dos aspectos:
- La necesidad por cercanía y la necesidad por lejanía.
- La infidelidad surge por demasiada cercanía o demasiada lejanía.
La necesidad de cercanía:
Es buscar estar cerca, pasar tiempo juntos, tener contacto físico, conversar y tener momentos de conexión.
Cuando hay una herida emocional, la necesidad de cercanía se convierte en mucho apego.
Constantemente se necesita reafirmación y contacto de nuestra pareja.
La necesidad de distancia:
Es buscar una sensación de individualidad y libertad.
Tener tiempo y espacio para ser nosotros mismos.
Cuando hay una herida emocional, la necesidad de distancia se convierte en miedo a la cercanía y a ser vulnerables.
Sentimos que perdemos nuestra individualidad o se puede sentir abrumador el nivel de amor por no estar acostumbrados o no sentirnos suficientes.
Mucha cercanía o mucha lejanía puede ser catastrófica si no se comunica.
- Quien siente mucha cercanía busca no perder su individualidad o tal vez no se siente suficiente para tanto amor y busca la aprobación en alguien más.
- Quien siente mucha lejanía busca no sentirse rechazado y busca sentir atención nuevamente.
Es muy raro que dos personas entren en una relación esperando la misma cantidad de distancia o cercanía.
Es importante entender que todos tenemos necesidades diferentes.
Por más difícil que parezca, la solución es comunicar cómo nos sentimos para llegar a un equilibrio.
Las relaciones plenas son las que tienen las conversaciones incómodas.
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