Durante la mayor parte de la historia humana no existió la posibilidad de tener diferentes prospectos como pareja.
Los matrimonios eran arreglados o era difícil conocer gente. Los pueblos eran chicos y viajar era caro.
Todo esto hacía que la gente aceptara y se casara con la primera opción en la que había atracción.
Las ciudades más grandes y la tecnología han hecho que sobrepasemos estas limitantes.
Ahora tenemos un sin fin de posibles prospectos.
Conocer a alguien nuevo es una opción constante.
Sin embargo, esto nos ha traído nuevos problemas.
Ahora conocemos gente nueva fácilmente, pero el hecho de relacionarnos sigue igual de difícil.
No nos hemos hecho más fáciles de amar.
Como conocemos gente nueva tan fácilmente, creemos que encontraremos a una persona perfecta.
Se nos ha olvidado que cada persona seguirá siendo una persona difícil en algún aspecto.
Todos tenemos aspectos psicológicos que hacen que las relaciones tengan retos, adversidades y problemas.
Teniendo tantas opciones, cuando hay dificultades con alguien creemos que es porque no hemos encontrado a la persona correcta.
No entendemos que las dificultades son normales y se van a tener con cualquier persona, porque cualquier persona tiene defectos.
Las aplicaciones han hecho que sea fácil conectar con la gente, pero no nos han ayudado a tener las herramientas emocionales para llevar relaciones plenas.
Toda persona se convierte en un prospecto increíble cuando la conoces poco.
Es cierto, existen personas que quedan mejor con nosotros. Sin embargo, el verdadero trabajo no está en quedarte en una búsqueda perpetua.
El verdadero trabajo está en tener la madurez emocional suficiente para que una vez que haya un prospecto ideal, podamos estar listos para elegir las sombras y dificultades también.
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