Muchas veces nos enojamos por lo que parecería detalles insignificantes.
¿Has notado cómo muchas veces nos molestan pequeños hábitos o acciones de nuestra pareja o familiar?
Parecen detalles insignificantes, pero por alguna extraña razón nos vuelven locos y perdemos el temperamento.
Pequeñas cosas que nos sacan de quicio:
- Comer haciendo ruido
- Agarrar el celular mientras hay conversación
- Acumulación de platos sin lavar
- Dejar la pasta abierta
- Hacer mucho ruido al limpiar
- Dejar los cajones abiertos
Las reacciones emocionales a estos detalles pueden parecer fuera de proporción
Esos pequeños detalles siempre representan un aspecto mayor y mucho más importante que está oculto en nuestro subconciente.
Tenemos que tener introspección, reflexionar y entender por qué esos pequeños en realidad sí son importantes.
En el arte y la literatura le damos mucha importancia a los símbolos. Sabemos que representan aspectos emocionales más grandes.
Lo mismo pasa en nuestra vida y de la misma forma deberíamos analizar nuestro estado emocional.
La meta es darse cuenta del verdadero problema y origen de nuestro malestar.
¿Qué significan los detalles?
Hacer mucho ruido al limpiar puede significar para nosotros rudeza o falta de delicadeza y le tenemos miedo a que así sean con nosotros o estén enojados.
Agarrar el celular puede hacernos sentir que no somos suficientemente importantes o su prioridad.
Acumulación de platos sin lavar puede significar que no hay orden, no hay control y por lo tanto no puede haber armonía.
Tenemos que reflexionar por qué esos pequeños detalles nos sacaron de quicio.
¿Qué aspecto emocional más importante representa?
¿Fue la gota que derramó el vaso de un aspecto emocional más grande?
Necesitamos hacer conciencia de nuestras emociones en los pequeños detalles.
Necesitamos comunicar a tiempo nuestro sentir para que no se acumule y explotemos después o actuemos de forma negativa hacia las personas a modo de “venganza” y protección.
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