La sociedad se ha ido a dos extremos:
- O eres muy sensible y sientes mucho pero te dejas llevar por la emoción.
- O no te permites sentir o expresar ninguna emoción. Buscas evitar, suprimir, olvidar o adormecer la emoción.
Ser emocional y sensible no tiene por qué caer en dramatismo y tampoco es de débiles.
¿Te ha pasado en algún momento que reaccionas emocionalmente ante algo y actúas impulsivamente o te vuelves irracional?
Y una vez que se baja la emoción, ¿te arrepientes de cómo actuaste o lo que dijiste?
Tal vez en una discusión, tal vez en un deporte o al manejar.
Nuestros sentidos mandan constantemente señales a nuestro cerebro y llegan a una parte que se llama tálamo.
Es como una torre de control que a su vez manda las señales a la amígdala y posteriormente a la corteza prefrontal.
La corteza prefrontal es donde sucede el razonamiento y el pensamiento consciente.
La amígdala está en el centro del cerebro. Es la parte más primitiva. Es la encargada de mandar mensajes emocionales e instintivos al cuerpo para actuar.
La amígdala es como una agencia de seguridad.
Esta agencia de seguridad revisa toda la información que le llega de los sentidos y constantemente vigila lo que le puede hacer daño o a lo que teme.
Normalmente la respuesta de la amígdala no es muy intensa y le da tiempo a la corteza prefrontal de razonar lo que sucede.
Pero cuando el cerebro percibe mayores niveles de miedo, estrés o dolor (real o imaginario), se activa la respuesta de pelea o corre del sistema nervioso.
La amígdala responde primero y toma el mando del cerebro. Se llama secuestro emocional.
Como buena agencia de seguridad hace sonar todas las alarmas y hay una respuesta completamente emocional e instintiva.
La corteza prefrontal deja de recibir mensajes, se deja de razonar y sólo actuamos desde la emoción y desde la reacción automática de la amígdala.
Si la mayoría del tiempo vives con emociones de miedo, dolor o estrés, no puedes razonar porque la amígdala está más activa.
Si eres muy sensible y simplemente te dejas llevar por todas las emociones, no estás razonando.
Pero también si evitas todas las emociones, se pasan a tu subconsciente, siguen ahí y desde ahí reaccionas, tampoco estás razonando.
La meta es desarrollar la capacidad de notar las emociones, expresarlas, entender de dónde vienen y transformarlas.
Si te interesa profundizar más en el tema, te recomiendo escuchar mi podcast:
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