Es domingo en la tarde o noche y un extraño sentimiento de nostalgia nos inunda.
El fin de semana se acabó y mañana tenemos que regresar a trabajar.
El sentimiento no sólo se da porque no queremos que los buenos momentos se acaben, la emoción se da porque vamos a regresar a una actividad que no nos gusta.
Aunque sea difícil aceptarlo, es importante reconocer que el origen de la emoción es llevar una vida que no disfrutamos completamente.
¡No tenemos por qué acostumbrarnos a vivir así y pensar que es normal!
Desde pequeños en la escuela se nos enseña a que tenemos que hacer nuestros deberes aunque no nos gusten y dejamos a un lado nuestros hobbies.
Nos acostumbramos a actuar por miedo y en busca de dinero o reconocimiento, en vez de actuar porque nos apasiona.
Ignoramos nuestro verdadero anhelo y seguimos en el mismo trabajo por miedo a lo que digan o a no poder ganar suficiente dinero con nuestra pasión .
El sentimiento de bajón es un llamado de nuestro subconsciente para hacer lo que realmente anhelamos.
Es nuestro interior diciéndonos que necesitamos una vida de la cual no necesitamos escapar los fines de semana.
El domingo de bajón no debería de ser algo normal en la sociedad. Al contrario, nos debería entusiasmar regresar a trabajar.
Dedicarnos a lo que nos apasiona es una de las bases para sentirnos plenos en la vida y para desarrollarnos en nuestra mejor versión.
Hacer lo que nos gusta nos trae al momento presente, entramos en un estado de plenitud y de calma.
Para redescubrir nuestras pasiones y propósito tenemos que hacer una búsqueda interna, desenterrar gustos reprimidos y reconectar con aquello que nos apasiona.
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