¿Qué pasaría si una persona constantemente te dice que eres flojo, estúpido, que no eres bueno en tu trabajo o dice que no eres suficiente?
Seguramente no permitirías que alguien así esté en tu vida.
Entonces, ¿por qué permitimos ser así con nosotros mismos? ¿Qué pasaría si trataras a un amigo como te tratas a ti?
Hay que entender que la autocrítica viene del miedo.
Cada vez que cometemos un error nos sentimos amenazados.
Amenaza porque sentimos que no somos suficientes y perderemos el amor de alguien.
Al sentir amenaza, aunque sea imaginaria, instintivamente entramos en modo pelea o corre.
Sentimos peligro, pensamos que nosotros somos el peligro y entramos en pelea con nosotros mismos.
Somos muy duros con nosotros mismos. Nuestra voz interna está llena de duda, insultos, pesimismo, humillación, culpa o denigración.
Los fracasos, errores o defectos los tomamos como razones para no sentirnos suficientes y nos criticamos constantemente.
La crítica hacia el comportamiento no es algo malo.
La crítica a nosotros mismos sí es negativa.
No por cometer errores nosotros somos el error.
Tenemos que aprender a separar la acción, de la esencia.
Inconscientemente creemos que una voz interna así nos ayudará a lograr ser mejores, tener éxito, a ser suficientes y a ser merecedores de amor.
¿Por qué se desarrolla así nuestra voz interna?
Nuestra voz interna se crea a partir de voces externas.
Así como nos hablaban nuestros papás cuando éramos niños, así nos hablamos ahora nosotros mismos.
Lo que decían se repitió una y otra vez hasta que quedó marcado en nuestra propia forma de pensar.
Para vivir con mayor plenitud, felicidad y amor propio, necesitamos cambiar nuestra voz interna.
Necesitamos que una voz interna positiva se repita hasta que sea nuestra forma de pensar normal.
Esa voz de amor propio y compasión tiene que estar separada del triunfo y éxito.
Somos suficientes y somos merecedores de amor con errores, con fracasos, con defectos y con sombras.
Que alguien no haya sabido amarnos correctamente en el pasado, no significa que nosotros no somos suficientes.
Hay que entender que las personas que nos criticaban así, era porque ellos mismos tenían miedo y proyectaban en nosotros su miedo de no sentirse suficientes.
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