Es inicio de año y acostumbramos a pensar en las metas y propósitos que queremos.
De todas las personas inscritas a un gimnasio en enero, el 50% deja de ir para febrero y solo el 22% de personas siguen todo el año.
Si queremos mejoras en diferentes áreas de nuestra vida, solamente poner metas no sirve.
No escribas tus metas, escribe qué esfuerzo estás dispuesta a sostener.
Todo el mundo quiere disfrutar de los beneficios, pero no todo mundo está dispuesto a invertirle el esfuerzo que se requiere.
Queremos el resultado, sin estar dispuestos a pasar por el proceso.
Lo que SÍ sirve es la disciplina y la fuerza de voluntad. ¿Cómo cultivamos ambos aspectos?
Nuestra mente está diseñada para hacer lo que da placer y evitar lo que causa dolor.
Lo que el cerebro no sabe, es que NO hacer lo que se siente bien y hacer lo que se siente mal, muchas veces es mejor para nosotros a largo plazo.
El enfoque común de la sociedad hacia la disciplina es a través de negar nuestros verdaderos deseos para hacer “lo correcto”.
El problema es que eso hace que la disciplina la veamos como algo doloroso.
Actualmente nos enseñan la disciplina a través del castigo.
Se nos enseña autodisciplina al entrenarnos a sentirnos mal y avergonzarnos por nuestros deseos y las cosas que nos hacen sentir bien.
Una vez que cargamos con suficiente vergüenza o culpa, actuamos diferente.
La autodisciplina basada en la negación y dolor no es sostenible.
Puedes comprometerte con un nuevo hábito como el ejercicio para llegar a una meta y las cosas pueden ir muy bien al inicio.
Pero para el primer mes, no aguantaste el esfuerzo y regresaste a un hábito más placentero: ver series.
La fuerza de voluntad funciona como un músculo. Si lo trabajas demasiado, se acumula el dolor, se fatiga y se rinde.
Puedes entrenar tu fuerza de voluntad y capacidad de sostener dolor o esfuerzo si lo entrenas por un largo periodo de tiempo.
Pero para entrenar la voluntad necesitas disciplina y paradójicamente, para tener disciplina necesitas voluntad para iniciar.
Si van de la mano, entonces, ¿por dónde rayos empezamos? ¿Qué es primero?
La fuerza de voluntad y motivación sirven para obligarte ir al gym durante unos días.
Pero si no terminas disfrutando el hábito de alguna forma, eventualmente perderás la motivación.
Cualquier enfoque en la disciplina tiene que involucrar un trabajo emocional.
Si no hay ningún dolor emocional que quieres olvidar o adormecer, entonces la búsqueda por placer instantáneo ya no es tan intensa.
De esa forma es más fácil actuar y mantener el esfuerzo del hábito que quieres lograr.
Por eso es tan importante darnos momentos de introspección y meditación sobre aquello que nos duele o estresa.
Si quieres crear experiencias nuevas y quieres conocerte profundamente.
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