Todos conocemos a alguien que parece tener mala suerte en el amor.
Conoce personas, pero todas acaban siendo malas opciones y la relación no se formaliza.
Realmente parece mala suerte, pero si examinas de cerca, hay otro factor en juego.
En realidad hay un proceso de elección inconsciente.
Aunque no lo parezca, ha sido una elección solo dejar entrar a malas opciones de pareja.
También ha sido una elección no esforzarse o rechazar a posibles buenas parejas.
Puede parecer que con las “buenas posibles parejas” no hubo atracción y ya.
Pero la realidad es que no hay atracción por aspectos psicológicos.
Todos, a nivel consciente, deseamos un amor bonito con respeto, atención, ternura, lealtad y consideración.
Lamentablemente, a nivel inconsciente, lo bueno nos confronta con nosotros mismos y nos causa sentimientos de repulsión.
Cuando dudamos de nuestro valor propio, el amor puede provocar malestar y ansiedad.
Por un lado, está una persona que brinda una dinámica de mucho amor y por otro lado, en el fondo, no está el sentimiento de no sentirse merecedores.
El cerebro no soporta tener ideas contrarias al mismo tiempo.
Por eso es más fácil acabar con alguien que no sabe amar bien y nos trata mal:
no muestra interés, nos hace menos, no está presente, es egoísta, coquetea con otras personas, etc…
Buscamos “cambiar a la persona” o ganarnos su amor o ese trato bonito, aunque solo sea de repente y sean migajas.
Para nuestro inconsciente es mejor estar con alguien que no nos trata bien, que estar con alguien que sí lo hace, pero nosotros sentimos que no somos merecedores.
Es fácil pensar que no tenemos pareja porque hemos tenido mala suerte en el amor.
Es fácil creer que rechazamos a las buenas personas dispuestas a tratarnos bien porque “no hay atracción” o “es aburrido”
Lo difícil es aceptar que atraemos el tipo de amor que creemos merecer y al que nos acostumbramos de pequeños.
Siempre hay alguien allá afuera que tiene disposición de amarnos con todo y nuestros defectos.
A pesar de los defectos, errores e inseguridades merecemos un amor que nos trate bien.
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