¿Qué opinas y sientes del título?
Suena negativo por todo lo que hemos escuchado sobre “ser emocional”.
Si el título dijera “La importancia de la inteligencia emocional en los negocios” se aceptaría más.
Sin embargo, no hay mucha diferencia respecto al significado. Ser emocional significa que es una persona sensible que siente sus emociones.
El hecho de que “ser emocional” aún lo veamos como algo negativo en los negocios, es justamente el problema.
Está tan arraigada la creencia de que ser emocional es una debilidad que creemos que la inteligencia emocional significa controlar las emociones para no llorar y para no sentir emociones desagradables.
Está la creencia que para ser fuerte y estar bien en la vida, lo mejor que podemos hacer es “controlar” nuestras emociones.
La realidad es que expresar las emociones es mucho más sano que reprimirlas y guardarlas.
Pretender que no tienes emoción no es un superpoder, es una creencia dañina que tiene la sociedad.
Se cree que ser emocional es una debilidad, sobre todo en los negocios. Que se aprovecharán de ti, que no te respetarán, que te podrán herir o que no tendrás liderazgo.
Pues, ¿adivina qué? No ser emocional es un grave problema para los negocios y para la sociedad.
El ser humano se conecta a través de las emociones. El cerebro del ser humano ha evolucionado para cooperar.
¡Cuando cooperamos liberamos oxitocina! Literalmente nuestro cerebro nos recompensa cuando cooperamos.
Las emociones también evolucionaron porque es a través de ellas que sentimos empatía y conexión para poder cooperar, lo que significa supervivencia.
Mostrar nuestras emociones justamente es lo que provoca que haya empatía, cooperación e incluso respeto y liderazgo.
El problema no es ser emocional o mostrar emociones, el problema es que no sabemos manejar nuestras emociones y nadie nos lo enseña.
Es muy diferente dejarse llevar por la emoción y sentir la emoción, expresarla pero no actuar desde así.
Lo que suele pasar es que reprimimos la emoción y la vamos guardando. Lo hacemos tanto y acumulamos tanta emoción hasta el punto que explotamos y la emoción nos controla.
¿Y cuál es la emoción que si es válida demostrar en los negocios? El enojo. Explotamos con enojo después de reprimir cualquier emoción y actuamos desde ese estado.
Entonces los negocios se convierten en campos de batalla, en vez de espacios de cooperación.
Reprimir solo acumula dolor en nuestro subconsciente y no desaparece. Posteriormente actuamos desde esa emoción guardada.
Si te alejas de tus propias emociones, ¿adivina qué? También te estás alejando de las emociones de los demás.
Al alejarte de tus propias emociones, es más difícil sentir empatía y compasión.
En el mundo que vivimos necesitamos lo contrario. Necesitamos gente sensible que esté en contacto con sus emociones para que pueda sentir empatía.
Así viviremos en una sociedad donde se piensa más en el otro y en nuestro impacto en la naturaleza.
Es cierto, tenemos que aprender a no dejarnos llevar solamente por las emociones y que nos controlen. Pero el otro extremo, de reprimir todo, tampoco es sano.
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