¿Te ha pasado estar en una relación y que tu o tu pareja empiezan a actuar como niños?
Regresamos a ciertos rasgos, actitudes o intereses que tuvimos en la infancia.
¿Por qué el apodo “bebé” o por qué los diminutivos?
¿Por qué hablamos como niños o por qué hablamos más agudo?
Actuamos como niños cuando la relación es buena y el ambiente de la relación es positiva o se siente seguridad.
Cuando las cosas van bien en el amor, nos hace recordar los mejores momentos de nuestra infancia.
No es coincidencia que muchas parejas actúan así y que regresamos a actuar como niños en presencia del amor.
Actuar así es evidencia de que hemos encontrado el camino de regreso a la vulnerabilidad y a la capacidad de expresar amor y expresar nuestra necesidad de amor.
No debemos cuestionar si actuar como niños es malo o extraño.
Más bien debemos cuestionar y empatizar cuando alguien no puede regresar a su esencia infantil.
¿Por qué es difícil para aquellas personas ser vistas como frágiles y vulnerables?
Madurez no significa reprimir cualquier evidencia de infantilidad, debilidad o vulnerabilidad.
Madurez significa honrar ese niño interno y al mismo tiempo tener más experiencia y dominar cada vez más nuestros pensamientos, emociones y acciones.
No esperes a los últimos momentos de la vejez para recuperar algo de esa autenticidad, inocencia y vulnerabilidad de cuando eras niño.
Actuar como niños es algo con lo que tenemos que reconectar si queremos amar y vivir en plenitud.
Aprendamos cómo jugar y amar con esa franqueza sin censura como cuando eramos pequeños.
Los dolores de la vida y las emociones no trabajadas son las que nos van cerrando.
Estos juegos de preguntas están diseñados para regresar a ser vulnerables y conectar desde esas emociones: click aquí
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