La ansiedad es una experiencia humana común, una respuesta natural ante situaciones estresantes que todos hemos sentido en algún momento, por ejemplo, antes de un examen o frente el hecho de tomar una decisión importante. Desgraciadamente, cuando esta sensación se vuelve abrumadora y constante, es capaz interferir significativamente en nuestra vida diaria.
A continuación, expondremos en el presente blog el concepto de la ansiedad, cómo se manifiesta, de qué forma entra en juego junto con la tecnología y qué se puede hacer para gestionarla de manera exitosa.
¿Qué es la ansiedad?
Se trata de una respuesta del cuerpo que activa nuestro sistema de lucha o huida y prepara tanto a nuestros músculos, como al cerebro, para enfrentar un posible peligro.
Dicho mecanismo es útil en situaciones de verdadero riesgo, no obstante, para quienes padecen trastornos de ansiedad, esta respuesta se activa con demasiada frecuencia e intensidad a un punto tal en el que llega a interferir con la vida cotidiana.
¿Sabías que los trastornos de ansiedad son una de las condiciones de salud mental más comunes? Pueden afectar a cualquier persona, sin importar su edad, origen o estilo de vida. Entre los tipos más comunes, se encuentran el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de pánico y las fobias específicas.
Cada uno presenta características únicas, pero todos comparten un rasgo: provocan miedo y preocupación excesivos.
Señales de ansiedad que NO debes ignorar
La ansiedad se manifiesta de diversas formas, afecta el cuerpo y la mente. Los síntomas físicos pueden incluir un aumento en la frecuencia cardíaca, respiración acelerada, sudoración, mareos y tensión muscular, a veces bajo una intensidad tan fuerte que, a menudo, se confunden con problemas médicos graves, como ataques cardíacos.
En el plano emocional y cognitivo, la ansiedad puede causar irritabilidad, dificultad para concentrarse, preocupación y una sensación de inminente desastre. Las personas son más susceptibles a experimentar cambios en su comportamiento, como evitar ciertas situaciones o lugares que desencadenan su ansiedad, lo cual llega a limitar sus actividades diarias y, a largo plazo, afectar su calidad de vida.
Igualmente, afecta la autoestima, reduce la confianza en uno mismo y deteriora las relaciones personales, además, en caso de que no se le atienda, puede derivar en consecuencias más graves, como la depresión. Es crucial reconocer las señales y entender que la ansiedad es una condición tratable.
¿Sientes que estos síntomas resuenan contigo? Recuerda que no estás solo y que nunca es tarde para acudir con un profesional.
La forma en la que nos sentimos puede impactar en nuestra salud, conoce cómo en nuestro blog: ¿Qué enfermedades se generan por nuestras emociones?
Desencadenantes de la ansiedad
Las causas que la originan, en general, son el resultado de una combinación de factores, como los antecedentes familiares de trastornos de ansiedad, que sugieren una predisposición genética; de igual forma, las experiencias traumáticas o estresantes, como el abuso, la pérdida de un ser querido o problemas financieros, pueden desencadenarla o agravarla.
Otros aspectos de riesgo incluyen enfermedades subyacentes, por ejemplo, problemas de tiroides o arritmias cardíacas, capaces de imitar o exacerbar los síntomas de la ansiedad. El uso y abuso de sustancias, incluyendo drogas y alcohol, también contribuyen significativamente, asimismo, la estructura cerebral y los desequilibrios químicos.
Entonces, ¿cómo puede controlarse la ansiedad?
Por suerte, existen diversas estrategias validadas por la psicología para manejar la ansiedad y mejorar la calidad de vida, estas son algunas:
La terapia cognitivo-conductual
Una de las más efectivas es la (TCC), que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y conductas que contribuyen a la ansiedad. La TCC también enseña habilidades prácticas para enfrentar situaciones que la desencadenan.
Mindfulness
Una herramienta útil es el mindfulness o atención plena, que implica centrarse en el momento presente y aceptar los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos. Practicarla de manera disciplinada, ayudará a reducir el estrés y aumentará la capacidad para manejar situaciones difíciles con calma.
Técnicas de relajación
Como la respiración profunda, la meditación y el yoga. Son efectivas en disminuir la tensión muscular y la frecuencia cardíaca, promoviendo una sensación general de tranquilidad.
Adoptar un estilo de vida saludable
Sin duda, esto no se puede dejar de lado: mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y limitar el consumo de cafeína y alcohol, es algo fundamental. Un sólido sistema de apoyo social, por su parte, puede ofrecer un espacio seguro para compartir preocupaciones y recibir apoyo emocional.
Escribir un diario
¡Es una idea increíble para anotar pensamientos y emociones! Servirá, especialmente, para identificar patrones y elementos que desencadenan la ansiedad con el objetivo de abordarlos de manera pertinente.
Estas estrategias, combinadas con la ayuda de profesionales de la salud mental, no fallarán en combatir la ansiedad.
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¿Qué es el FOMO y qué tiene que ver con la ansiedad?
En la era digital, la tecnología juega un papel significativo en el aumento de los niveles de ansiedad y uno de los fenómenos más destacados es el FOMO (Fear of Missing Out), o miedo a perderse de algo. El término, exacerbado por el uso constante de las redes sociales, se refiere a la sensación de que otros están disfrutando experiencias gratificantes de las que nosotros no formamos parte.
El FOMO puede surgir cuando vemos fotos o videos de amigos y conocidos participando en actividades sociales, viajes o eventos, mientras nosotros no estamos presentes, y genera en nosotros sentimientos de exclusión, baja autoestima o de constante comparación con los demás.
¿Cómo gestionarlo? A partir del establecimiento de límites saludables con la tecnología, como ser conscientes del tiempo que pasamos en línea y enfocarnos en actividades que realmente nos aporten valor y satisfacción personal. Igualmente, no hay que olvidar que lo que vemos en las redes sociales es solo una pequeña parte de la vida de la gente y no refleja toda la realidad.
¡No permitas que la ansiedad te venza!
Enfrentar la ansiedad puede parecer una tarea abrumadora, pero cada pequeño paso cuenta. La autocompasión y la paciencia son esenciales en este proceso; permítete sentir y procesar tus emociones sin juicio, reconociendo que la ansiedad no define quién eres.
No hay una solución universal, y lo que funciona para unos puede no ser efectivo para otros. La clave está en experimentar y encontrar las herramientas y estrategias que resuenen contigo. Con el tiempo y el esfuerzo, podrás cultivar una vida equilibrada, donde la ansiedad no sea una barrera, sino una oportunidad para el crecimiento personal.
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