En una relación, es común sentir que después de años juntos, se ha llegado a conocer a la pareja en su totalidad y nos convencemos de que entendemos cada gesto, cada mirada y cada silencio… Sin embargo, esta percepción puede ser engañosa. En realidad, no importa cuánto tiempo de nuestra vida compartamos con alguien, siempre habrá aspectos de su personalidad que ignoramos.
¿Tú qué piensas? ¿Para ti es algo negativo o, más bien, lo ves como un pretexto para mantener el vínculo vivo y emocionante? Profundicemos un poco en el tema y analicemos por qué se suele decir que la vida no alcanza para terminar de saber todo acerca de la persona que amamos.
¿La personalidad tiene “capas”?
Nosotros, como individuos, nos asemejamos a esos personajes de una serie que en la primera temporada tienen determinadas características y, para la octava, están casi irreconocibles, pero no por mero capricho del guionista; sino porque cada acontecimiento y reto superado, fueron revelando nuevas facetas de su personalidad. Lo interesante es que es un proceso continuo, ¡no se detiene!
Los cambios en el entorno laboral, nuevas responsabilidades familiares o incluso la incorporación de intereses o pasatiempos, son ejemplos perfectos de situaciones capaces de provocar que se descubran estas capas.
Ahora aterricemos la idea en una pareja: vivencias como el nacimiento de un hijo, el matrimonio, una infidelidad, o un pequeñísimo ajuste en la rutina diaria pueden ser catalizadores para que la persona que quieres desarrolle habilidades o intereses que no existían o no eran tan evidentes.
Por supuesto, los cambios no resultan evidentes de inmediato: a veces, necesitamos ser más observadores para identificarlos y entender que nuestra pareja sigue evolucionando, que su personalidad no es estática, y que, al mismo tiempo, nosotros enfrentamos el mismo proceso.
Un giro inesperado
Así como en las series y las películas, la vida está llena de momentos que alteran el rumbo de la historia. En las relaciones, también hay veces en las que algo puede permitirnos descubrir aspectos de nuestro ser amado que antes permanecían ocultos y que pueden considerarse tanto como una oportunidad para conocerle más a fondo, como para fortalecer la relación.
Toma en cuenta situaciones como un problema familiar o la pérdida de un ser querido, que bien pueden arrojar luz en aspectos que no habías notado o que desconocías, por ejemplo, gustos musicales nuevos o una expresión que utilice en exceso al hablar, factores que también señalan un crecimiento personal que está ocurriendo de manera silenciosa, pero constante.
¿Cómo interpretar estos descubrimientos? Lo ideal es que adoptemos una postura abierta e interesada por conocer la nueva parte de la persona con la que compartimos nuestra vida y hacerle saber que se encuentra en un ambiente de confianza y respeto, en lugar de interpretar esos rasgos de personalidad como algo que el otro no nos ha querido mostrar a propósito.
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El poder de la comunicación
A medida que ambos cambian y evolucionan, la manera en que se comunican debe acoplarse también para que ninguna de las nuevas facetas pasen desapercibidas o se malinterpreten, en especial ante la creencia de que ya conocemos (o deberíamos conocer) todo sobre nuestra pareja.
No obstante, muchas veces se confunde la comunicación superficial con la profunda, asumiéndose que un “¿Qué te gusta hacer los domingos?”, basta para profundizar en los sentimientos del otro, en sus pensamientos o en sus inquietudes, cuando evidentemente no es así.
Y claro, lo que de igual modo se da por sentado, es que nuestra pareja, por el simple hecho de ser nuestra pareja, ya tiene que compartirnos todo, sin antes fomentar un entorno donde se sienta cómoda, compartiendo sus alegrías y lo que le apasiona o sus preocupaciones y sus principales temores.
Para lograr que haya una mayor confianza, hay veces en las que debe entenderse que la comunicación no siempre tiene que ser verbal: a menudo, las acciones hablan más fuerte que las palabras y los gestos simples, como tomarnos el tiempo para hacer algo que le gusta a nuestra pareja o estar presentes cuando necesita apoyo, son formas de transmitir lo mucho que nos importa aceptar y celebrar los cambios en la relación.
¡Tampoco tenemos que subestimar el poder de preguntar sobre lo que siente u opina! Interrogantes abiertas como “¿Cómo te has sentido últimamente con respecto a…?”, o “¿Hay algo nuevo que hayas descubierto sobre ti mismo?”, pueden llevar a revelaciones sorprendentes y a que se fortalezca el lazo.
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3 actividades para fomentar el descubrimiento mutuo
Los “giros inesperados” no son la única forma en la que es posible conocer al otro, algunas actividades resultan bastante útiles para que exploremos en conjunto las nuevas capas de personalidad que van apareciendo. Vamos a desglosar tres propuestas:
Juegos
Los juegos de mesa, por ejemplo, son increíbles para dejar al descubierto aspectos que en circunstancias cotidianas es complicado detectar: competitividad, capacidad de trabajar en equipo, estrategias de resolución de problemas, bastará una partida de ajedrez, Uno, Monopoly para que todo salga a la luz.
Viajes
Salir de la rutina y embarcarse en un viaje improvisado o una escapada de fin de semana sin las distracciones de la vida cotidiana, puede dar pie a conversaciones más profundas y a que se presenten situaciones inesperadas que expongan fortalezas o debilidades que antes se ignoraban.
Talleres y clases
Ya sea de cocina, arte o baile, en cada una se adquirirán conocimientos nuevos y se generarán conversaciones sobre temas que quizás nunca se habían tocado; además, el hecho de aprender juntos fomenta un sentido de compañerismo y apoyo mutuo que le darán un impulso significativo al vínculo.
Al final del día, lo más importante es que ambos se sientan conectados y comprendidos realizando una actividad que disfruten.
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Apóyense durante su evolución conjunt
No te conformes con lo que ya sabes, ni pienses que un día podrás conocer a tu pareja de pies a cabeza. Lo mejor es mantener el interés vivo y tomar cada pretexto que se te ponga enfrente para enterarte de cosas nuevas de quien amas y enamorarte una, y otra, y otra vez, por el resto de las temporadas de su historia compartida.
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