#1
En 2018, una orca llamada Tahlequah dio a luz, pero su cría murió una hora después. Sin embargo, Tahlequah no abandonó el cuerpo, y durante los siguientes 17 días y 1600 kilómetros, lo mantuvo a flote sobre sí misma, y se sumergía para recuperar el cuerpo cuando se le escapaba, incluso cuando este empezó a descomponerse. Incluso se la observó abriendo la boca y haciendo sonidos.
#2
En 1985 a una gorila llamada Koko, a la que habían enseñado signos de la lengua de señas, le dijeron que su amigo gatito había muerto. Empezó a hacer señales de auxilio y, varias semanas más tarde, al mirar una foto de otro gatito, hizo señas de “llorar”, “triste” y “disgusto”.
#3
Jenny y Shirley estaban cautivas en el mismo circo cuando Jenny apenas era una bebé y Shirley tenía 20 años. Veinticinco años más tarde, ellas fueron reunidas en un santuario para elefantes. La noche de la reunión ellas se aproximaban detrás de los barrotes de sus celdas en un esfuerzo por mantener la cercanía. Una vez que fueron liberadas en el santuario, se les vió juntas y entrelazando su trompa durante horas.
#4
Cuando el buceador Yang Yun intentó regresar desde el fondo de una piscina, se encontró con que sus piernas se habían entumecido y no podía moverse. “Me empecé a ahogar y a hundirme. Pensé que era todo para mi, que estaba muerto, hasta que sentí que una increíble fuerza debajo de mí me está volviendo a la superficie.” Una ballena Beluga llamada Mila había visto lo que pasaba y entró en acción, guiando a Yun con seguridad de nuevo a la parte superior de la piscina.
#5
Alex, un loro gris africano que fue capaz de contar e identificar colores, tenía una hermosa relación con Irene Pepperberg, su dueña. Cuando Alex murió en 2007, sus últimas palabras para Irene fueron: “Pórtate bien.Te amo".
Dentro del amplio abanico de palabras aprendidas pudo elegir entre muchas otras, pero fueron estas las elegidas para Irene.
En 1871, Charles Darwin afirmó que los animales también sienten diferentes emociones.
Pero durante mucho tiempo el ser humano ha dudado esta afirmación y se creía que el ser humano era el único y los animales solo reaccionan y sobreviven.
Esta idea es cada vez más cuestionada. El problema es que ha sido difícil comprobarlo.
Gregory Berns es profesor de neuroeconomía en la Universidad de Emory. Y en los últimos años, ha estado entrenando perros para sentarse cómodamente en una resonancia magnética.
Encontraron actividad en un área llamada núcleo caudado.
La parte del cerebro que se ilumina por felicidad, amor, apego y belleza en un ser humano, también se iluminó en un perro al ver comida y al ver a su dueño entrar a la habitación.
El número de datos y observaciones es hoy cada vez mayor, lo que sugiere que muchos animales, sobre todo mamíferos y aves, tienen un gran abanico de emociones.
¿Qué tendría que cambiar en la sociedad si demostramos y aceptamos que los animales tienen emociones complejas?
¿Qué sucede con los animales de laboratorio, las tiendas de mascotas, la agricultura? ¿Las orcas deberían vivir aisladas y en cautiverio? ¿las vacas lecheras deberían separarse de sus terneros?
¿Deberíamos tratar a los animales asumiendo que tienen emociones? ¿Nos hemos rehusado a aceptarlo por comodidad?
Si te gusta debatir sobre temas complejos (y también divertidos).
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