Para mantener un ambiente saludable y equilibrado en casa es necesaria una comunicación asertiva y empática. Sin embargo, cuando hay barreras como críticas constantes o falta de escucha, pueden surgir tensiones y malentendidos que afectan la convivencia.
¿Te gustaría saber cómo evitar estos roces?, ¿cómo lograr una buena comunicación con tus hijos?, ¿cómo crear espacios seguros para el diálogo? De eso hablaremos en este post. Revisaremos los errores a evitar para lograr una buena convivencia.
¿Qué es la comunicación familiar?
La comunicación familiar es el proceso de interacción entre los miembros de una familia para compartir sus pensamientos, sentimientos y puntos de vista. Además de lo verbal, esta incluye gestos, actitudes, tonos de voz y hasta silencios.
Para que la comunicación familiar sea efectiva, debe existir una escucha activa, apertura y respeto, buscando que los integrantes se sientan valorados y apoyados. Por eso, es importante fortalecer los vínculos, resolver conflictos y promover el entendimiento mutuo.
Importancia de la comunicación familiar sana
Según los expertos, es en la familia, como primer círculo de interacción, donde los seres humanos adquieren las herramientas para comunicarse de forma efectiva a lo largo de su vida. Por ello es tan importante promover en los hijos, el desarrollo de ciertas habilidades.
Tipos de comunicación familiar
En las familias actuales, es posible identificar diferentes tipos de comunicación entre padres e hijos, que están relacionados con los estilos de crianza y que, de acuerdo con el psicólogo estadounidense John Gottman, pueden clasificarse así:
Comunicación unidireccional
Se presenta en un estilo de crianza autoritaria, donde los padres son muy exigentes y poco sensibles. Establecen reglas rígidas y esperan obediencia incondicional.
El autor menciona que los hijos criados con dicho estilo suelen ser obedientes y respetuosos, pero pueden experimentar baja autoestima, ansiedad y dificultades para tomar decisiones.
Comunicación abierta y amistosa
Es la más común en un estilo de crianza permisiva, donde los padres son poco exigentes y muy sensibles, casi no establecen límites y su prioridad es complacer a sus hijos.
Sin embargo, los hijos pueden tener dificultades para controlar sus impulsos y respetar las reglas, por lo que llegan a tener un comportamiento problemático.
Comunicación nula o evasiva
Está relacionada con un estilo de crianza negligente, donde los padres se involucran muy poco en la vida de sus hijos, y ofrecen poca guía o apoyo.
De acuerdo con Gottman, los hijos educados con este estilo de crianza pueden tener baja autoestima, dificultades para relacionarse sanamente y establecer límites.
Comunicación bidireccional y asertiva
Es la principal característica de un estilo de crianza democrática, donde los padres establecen límites claros y consistentes, pero también buscan prestar atención a sus hijos y explican las razones de las reglas.
Este estilo de comunicación promueve la independencia y la responsabilidad, por lo que los hijos son seguros y logran buenas relaciones sociales.
Principales errores de comunicación en familia
Como mencionamos, los pilares de una buena comunicación en la familia son la escucha activa, el respeto y la empatía, pero sobre todo, evitar algunos errores, como:
Criticar al otro
Consiste en atacar constantemente la personalidad, el carácter, las actitudes o incluso los puntos de vista de algún integrante de la familia, al grado de generar resentimientos.
Mostrar desprecio
El desprecio es incluso más dañino, ya que implica una postura de superioridad y suele estar acompañada de sarcasmo, burla o invalidación que erosiona el respeto mutuo.
Tener una actitud defensiva
Sucede cuando no se asume la responsabilidad en un conflicto y se actúa en modo defensivo, se responde con excusas o devolviendo la culpa al otro para aumentar la tensión.
Generar bloqueo u obstrucción
Sucede cuando alguien se retira física o emocionalmente de la conversación, dejando de escuchar o involucrarse. Esto se puede hacer para invalidar al otro o creyendo que funciona para mantener el orden, pero en realidad genera desconexión emocional.
Es importante saber que muchas de estas actitudes se demuestran mediante la comunicación no verbal, usando la postura corporal o gestos.
Sin embargo, no tener conciencia del impacto de este comportamiento puede llevar a diversos errores de los padres en la crianza de los hijos, pero también a generar bloqueos en la comunicación entre hermanos.
Comunicación asertiva
Contrario a lo anterior, es procurar un espacio seguro para la expresión de ideas, emociones y necesidades de manera clara, directa y respetuosa, sin agredir ni ser pasivo ante los demás.
Para lograrlo, es necesario que cada miembro de la familia se sienta escuchado y comprendido y que exista disposición para practicar escucha activa, es decir, poner atención genuina en lo que el otro dice, sin interrumpir ni juzgar.
También es recomendable usar mensajes directos y respetuosos, mediante un lenguaje claro, evitando reproches o acusaciones.
Otro punto esencial para lograr una buena comunicación familiar es recordar que no solo hablamos para ser escuchados, sino también para construir relaciones sanas y cercanas.
Pasar tiempo en familia
Otro factor importante para mejorar la comunicación familiar es pasar tiempo en familia y evitar la “actitud de hotel”, en la que cada miembro de la familia vive de manera aislada, interactuando solo lo necesario.
Esta desvinculación muchas veces se acentúa por el uso excesivo de la tecnología, que llega a limitar las conversaciones genuinas y la conexión emocional.
Ante esto, es necesario tener compromiso para dedicar tiempo de calidad a la convivencia y para crear momentos significativos en familia, que fomenten un ambiente de confianza y colaboración, donde se dé espacio a las emociones y necesidades de los demás.
Técnicas que facilitan la comunicación en familia
Algunas estrategias que pueden servirte para fomentar el diálogo con tus hijos o hermanos:
Juegos de preguntas en familia
Proponer preguntas que fomenten conversaciones profundas ayuda a conocerse mejor. Pueden ser preguntas divertidas o reflexivas.
Tiempo sin pantallas
Reservar un espacio diario o semanal libre de dispositivos electrónicos para que la familia se concentre en la conversación cara a cara.
Reuniones familiares estructuradas
Establecer un día y hora a la semana para convivir y dialogar sobre los temas importantes en un ambiente relajado y respetuoso.
Cuentacuentos en familia
Fomentar que cada miembro cuente una historia, ya sea de su día o inventada. Puede servir para generar confianza y diálogo.
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